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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
5 5 2007
Cuando se marchiten mis manos (poemas) por Juan Manuel Faccio
Cuando se marchiten mis manos Cuando quites la piel que me abraza Cuando se vuelen los músculos en el aire Cuando ya no quede más que mi sonrisa sin bordes Y beses los fríos labios de la porcelana Entonces sabrás que mi sonrisa es una mueca Dibujada con las lágrimas de alguna mano apagada Que los bolsillos vacíos están llenos de sueños Y que la soledad se inventó genocida Entonces sabrás que no puedo morderme los dientes Pero si dejar tu lengua abrasiva, recorrerme las venas frías Cuando me preguntes por cierta estrella Y no tenga más respuesta que un parpadeo O la impresión de una retina adormecida Entonces sabrás que esta noche no tengo rostro Que no tengo penas, ni verdades ajenas Que el aliento dice de nosotros más que la historia Que la calle está oculta a una mirada de distancia Que el esqueleto es alma y el alma huesos (pero no viceversa) Que la discordia es la música de las pasiones Que no hay fuego que no deje monumento gris a su ausencia Y que eternamente queda demasiado lejos Pero cuando se marchiten mis manos sobre una falda (tal vez la tuya) En ese momento ya no sabrás nada, estaré perdido Amando la inocencia que sólo el olvido deja en la carne Y demostrare que sólo una estela de sonrisas puede lograrse de tus besos. Poemas del alcohol 1 (Influencias) En el recuerdo del polvo que se une al pasado Del polvo venimos y al polvo vamos Y en este inexcusable camino En el que hasta el hartazgo del polvo gozamos Lloraré una iglesia de dioses paganos Seré el sacrificio de rituales modernos De la cotidiana esencia del humano medio Muerte, vida, insomnio y sueño Incógnitas, vasos vacíos, mi huella sobre la mesa El pasado enfriándose bajo el peso del ahora Y un teléfono que suena, rítmico Demasiado lejos, inalcanzable A un trago de distancia, tal vez dos Demasiado lejos, inalcanzable Grandes tragedias, mis pequeños detalles Y al final, todo se reduce al polvo Taxidermia Extraña colección de gritos La que hoy cuelga de los ojos No son lágrimas, son despedidas Una a una deslizándose por las mejillas Despedidas de todo tipo Tibias, amargas, duras, eternas y fugaces Mientras una voluta escapa Montada en una inexistente brisa Espero sin tiempo que corra ni marque un ritmo A que las caricias se sequen sobre el papel Sueño, perdido en los vahos de una noche ausente Dejo a ese que camina y me uno sus sombras Viviendo en los parpados del que era mi cuerpo Poema sin Nombre II Ya la noche se quedo muda Las estrellas se quedaron mudas Las esquinas no tienen más sorpresas escondidas en sus curvas El reflejo esta vacío No queda Narciso capaz de sonreírle a este reflejo El suelo perdió el tacto de las plantas El camino perdió su sombra La poesía perdió la rima y se convirtió en desgracia Ahora la desdicha cuelga en el segundo previo al final del tiempo Y los relojes desesperan Los rincones pierden el misterio de la geometría Y entre sueños dulces despierto tembloroso Para encontrar la pesadilla de tu ausencia… ya la noche se quedo muda las estrellas se quedaron mudas todos los sonidos se escaparon en tu última sonrisa
acerca del autor
Juan Manuel

Juan Manuel Faccio nació en Bragado, pueblo de la provincia de Buenos Aires, en 1982. A los cuatro años, su familia se instala en Neuquén, y allí vive hasta el día de hoy. En esa ciudad ha cursado sus estudios primarios y secundarios. Siempre fue adepto a la lectura, instado desde chico por su familia de docentes. Sus autores favoritos son Julio Cortázar, Ernesto Sábato, Gonzalo Arango, Charles Bukowsky, etc. Ha publicado cuentos en varios portales de la web.