I

A (y al estilo de) Pablo Neruda (muerto de Chile el 23/Set./73) Lima, 03/10/73 Todo se apaga. Hasta la bruma, hasta la tiniebla. No queda un rescoldo, una brizna, una yesca... Entre las mismas manos no quedan sino huecos opacos, oxidados de viejas anheladas primaveras... que nunca llegaron que se ausentaron, que se perdieron en el viaje cíclico ¿funesto? Cabalgando al trote marcharon los jinetes y los caballos ¡quietos! Mudos... yertos... yermos... Y las praderas grises, cenicientas. Calcinadas por un sol también ausente. Durmiendo silencios a pesar de las ráfagas de viento que antes bullían entre los trigales, antes que se ausentase el pan, que se quedase dormida la palabra --que el hombre aquel no dijera más, que el hombre aquel sin quedarse callado empezara por añadir ya nada a todo. Lamen los vientos lejos pastizales de nubes rojas auroreando silencios toques de queda eternos despidiendo montañas con pañuelos de versos que dejaste en la tierra residiendo en los pechos que acabarán en tierra –cierto— pero que retumban ecos desanudando angustias devolviendo los besos que quemaron el labio restregando la vida –cierto— en todo cieno nuevo. Paremos ya este canto ¡no tenemos derecho! PABLO NERUDA HA MUERTO.

II

A (y al estilo de) Víctor Jara (asesinado en el estadio de Santiago de Chile) Lima, 03/10/73 Arreboles danzantes caminan los juglares por entre tierra y cielo. Caminan los juglares guitarras siempre en ristre palabras como soles. Su luz inunda el mundo de fuerza, de esperanzas, de cantos como espumas. Corren a detestarlos el patrón, el milico y todos los fantoches que salen de sus bocas en notas fulgurantes que siempre los destrozan. Arreboles danzantes apagan los juglares estos mismos fantoches pateando las estrellas, escupiendo a sus voces, hiriendo sus canciones. Los juglares se abrazan de sus tiernas guitarras, cantan siempre despacio y expiran al balazo con una dulce nota: después vuela una alondra. Una lágrima rota va traspasando el alma: Víctor Jara está en calma. (Los chilenos se duelen, América requinta: ¡Dictadura maldita!). Su voz se mete a fondo: la ausencia no es silencio HA PARTIDO UNO NUESTRO.

III

A (y con su voz) los patriotas chilenos (caídos en la resistencia contra el fascismo) Lima, 03/10/73 En Chile se desangra la esperanza hecha canto el grito hecho fiereza la fábrica arrullando al hombre proletario que vivió un viejo sueño: los patrones salían a los espetaperros. Las fábricas ensamblan cadáveres de obreros los estadios encierran simulando barrotes a todos los leales que empuñaron la vida contra la FUERZA ARMADA que hiede nuestra América con botas pezuñentas. España, Indonesia, Grecia y ahora nuestro Chile no se han quedado solos; los patriotas del mundo, los camaradas todos ¿unirán sus banderas.?, ¿derruirán barreras?, ¿sembrarán nuevos bosques de grandes flores rojas? Que la sangre regada abone la esperanza de un mundo socialista, de un mundo ciertamente HERMOSO Y NUEVO