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Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
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Poesía
1 1 2007
Poesías sobre Nelson Mandela así como otros temas por Mario Meléndez
ABRÍGATE, GLADYS

a Gladys Marín

Abrígate, Gladys que la muerte tiene los pies helados y una lágrima en la sien No bastarán tus rojos huesos para este viaje ni la saliva de tu corazón Date trato que hay lombrices añorando tus entrañas tus axilas luminosas tus rodillas que adivinan el país de los enanos Ve despacio no te olvides de marchar entre las tumbas no te canses y ojo con las hormigas que te deprimen con aquéllas que presienten tu color desde lejos tu color sin maquillaje, tus encías de viento tu cabello enjaulado que crece cuando ríes compañera de las horas golpeadas todo vale en esta noche sin orillas donde la eternidad pasa descalza entre tus muertos y tiene hambre de abrazarte porque sabe que tus gestos resucitan y se echan a volar sin despedirse y se pierden en la patria de los sueños y ya no vuelven Qué harás ahora sin ti sin tu esqueleto de pan mojado sin tus pechos que ladran de orgullo sin tus sábanas heridas ahora que la ausencia se desviste para otros qué harás bajo la tierra sin conocer a nadie Abrígate, Gladys y amarra bien tus cenizas por si te arrepientes LAUREL DE PLOMO La mamá de Armando Uribe no ha leído los poemas de su hijo Niño malo, le dice no te comas los gusanos de tu propio cadáver Nunca prestas tus juguetes Ni siquiera a la vecina le convidas cigarrillos Te fumarán, ya lo verás Y qué haremos con tus cenizas Arrojarlas al Mapocho entre blandos mojones parecidos a ti niño malo Quién te llevará a la escuela si te peinas como tus hermanas si le sacas los ojos a la noche y los cuelgas de adorno en tu corbata si te pones los zapatos de Vallejo y te quedan grandes como todo lo que haces niño malo Mire que ganarse el Premio Pintarás la tumba de Huidobro acaso pagarás la cuenta de Teillier sacarás de viaje a la viuda de Martínez contarás tus memorias a Véjar o te harás por fin la dentadura en un burdel de París donde dejaste empeñada tu sombra te acuerdas la pobre no tenía dónde ir mientras tú regresabas a Chile parlando en francés en turco, en arameo mordiendo la lengua de Eliot con tu cara de tierra baldía Niño malo Qué culpa tiene el silencio de conocerte HAN VUELTO LOS TAMBORES

a Nelson Mandela

Hay que ayudar a Tarzán a reconstruir la selva Los animales también aportarán lo suyo y un día no muy lejano veremos al mono feliz colgado del árbol más hermoso como en las tardes inolvidables del cine y las revistas animadas Qué tiempos aquéllos Los elefantes estaban seguros que vivirían cien años y el cocodrilo soñaba con ser el malo de la película Pero el hombre llegó con una industria bajo el brazo llegó derribando montañas, llegó a silenciar las cascadas a derramar esquirlas y muerte al paraíso sagrado de las moscas avanzó con su tenaza cortando, hiriendo, acorralando se abrió paso entre el follaje dejando la suave marca del acero y la sonrisa de la pólvora, hizo camino de las flores se aprovechó de la semilla, de la piedra, de la rama rapó la mejilla del indio e instaló su reino aguas arriba donde la luna de vez en cuando bajaba a beber y a conversar con las cenizas Todo se convirtió en ciudad o campo ajeno todo se lo llevó el cemento Y aparecieron razas nuevas y nuevas enfermedades nuevas miserias que venían de rincones poderosos con mucha sangre y páginas de odio con muchos rifles y cadenas recién pintadas Tarzán entonces trató de hablar y fue acusado de herejía y declarado enemigo de Su Majestad y de los piojos de La Corona A Jane le sucedió algo parecido y debió correr a casa de su madre y esconderse bajo la cama para no ser encontrada Del grueso de los animales nunca más se supo Cuentan las malas lenguas como la fiera luchó en vano durante siglos y los pocos ejemplares sobrevivientes tuvieron que huir muy lejos y así evitar el exterminio El resto no corrió la misma suerte cayeron en la trampa del marfil y del colmillo traicionero Por otro lado el negro cambió de color y fue más claro hasta hacerse irreconocible Otros se mantuvieron intactos pero el destino los durmió en un sueño amargo los sedujo en una feria de alacranes y acabó por retorcerse en cada uno de sus labios Al tigre se le cayeron las muelas, el agua pensó en envejecer la víbora nadó en su propio veneno el ciervo y la polilla sólo deseaban la muerte Pero una noche un grito sacudió la selva se propagó hasta confundir la tierra hasta pelar las tripas del más crudo de los chacales Era Tarzán quien regresaba Tarzán desde la liana de los años Tarzán entre las canas de una jaula, venía para quedarse venía cuchillo en mano a liberar las ataduras a castigar los torsos blancos Y ellos tuvieron que retroceder tuvieron que tragarse sus propias pisadas tuvieron que guardar sus trofeos sus pieles, sus fotografías mientras el cielo contemplaba emocionado y una canción se derramaba en la niebla \"Sonríe, niña, y oye los tambores porque el sonido de mi llama ensangrentada está más verde y más vivo que nunca sonríe, niña, sonríe porque he sembrado en el huerto de mi alma tu voz morena que florecerá por siempre\" EL SUEÑO DE LAS LANZAS (Este poema forma parte de la trilogía dedicada al gran líder sudafricano Nelson Mandela) Perdóname, Señor: he nacido esclavo tendrás que protegerme mientras viva Algunos no me dejarán tranquilo no le darán descanso a mi sombra ni una camisa para abrigar mi soledad Y tú tendrás que ayudarme cuando me cierren las puertas al revelar mi origen cuando me caigan a pedradas a la salida del trabajo cuando me escupan la cara y me levanten de noche para golpearme hasta dejarme sin pulso y me digan \"Negro, no te queremos vuelve a la selva a cazar lagartijas vuelve a la orilla a vender tus canoas vuelve a la escarcha a revolcarte con los tuyos no te queremos somos nosotros los elegidos en esta historia no te queremos somos hermosos y valientes y justos para nosotros el oro para ti las cadenas para nosotros el trigo para ti la maleza para nosotros las palabras para ti los sonidos, los gestos y las lágrimas no te queremos, regresa\" Pero yo no me iré, Señor y mostraré mis llagas y estaré orgulloso de mis llagas y cantaré y bailaré y moriré por los míos y por ellos seré pasto, piedra, camino, océano por ellos seré árbol encadenado a la tierra por ellos me levantaré del barro hasta ser bandera me abrazaré a la sangre de mis antepasados ellos me seguirán con sus tambores ellos me prestarán sus cuchillos y sus flechas ellos rezarán por mí y por los que vienen detrás de mí y cuando mi alma desfallezca y mis manos desfallezcan y mis huesos desfallezcan ellos me levantarán de nuevo para seguir luchando y yo veré la luz a pesar de las heridas y a pesar de los rencores florecerán los sueños y mis pasos poco a poco visitarán los mercados mis manos recorrerán el pelaje de las panaderías mis ojos aprenderán a ver otros ojos mi voz se fundirá con otras voces mis palabras serán escuchadas y yo escucharé otras palabras y ya no habrá ira ni llanto ya no habrá miedo ni olvido y nuestro pueblo será uno más entre los pueblos de la tierra nuestra raza propagará su canto como una semilla y tú, Señor, de memoria cantarás con nosotros
acerca del autor
Mario

Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Estudió periodismo en una Universidad de Santiago. Entre sus libros figuran: "Autocultura y juicio", "Apuntes para una leyenda" y "Vuelo subterráneo". En 1993, obtiene el Premio Municipal de Literatura de Linares. Ha publicado en revistas de literatura hispanoamericana y sus poemas figuran en antologías nacionales y extranjeras. Ha participado en el Primer y Segundo Encuentro de Escritores Latinoamericanos, organizado por la Sociedad de Escritores de Chile (Sech), Santiago, 2001 y 2002, y el Primer Encuentro Internacional de Amnistía y Solidaridad con el Pueblo, Roma, Italia, 2003. A comienzos del 2005, publica en las prestigiosas revistas "Other Voices Poetry" y "Literati Magazine". Obtiene en el mismo año el premio "Harvest International" al mejor poema en español otorgado por la University of California Polytechnic (EE.UU.). Parte de su obra fue traducida al italiano, inglés, francés, portugués, holandés, rumano, persa y catalán.