Sábado 27 | Julio de 2024
Director: Héctor Loaiza
7.612.514 Visitas
Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
resonancias.org logo
157
Poesía
17 7 2006
Cinco poemas de Perspectivas de Dina Bellrham

Monotonía Nace la luz de mi crisálida epidérmica... el izquierdo haciendo huelga a su epicentro... abstraído, tan efímero de su realidad visual. Empieza el milagro cíclico: el sol radiante cual obús cancerígeno, calcinando el vestigio del último sueño. Mis dedos ahogando el grito mecánico del duende de las doce garras. Mi esqueleto contorsionado sobre la misma almohada exorcizando la vieja desidia. ¡Agua! permeándose en los poros, la misma osadía del vestido gris violándome la desnudez insaturada... y comienza el arte de pinceles embriagados, de colores cotidianos, del nácar enfebrecido, y perfilo la sonrisa, y pinto el rubor sobre el mismo rostro reflejado en el narciso. Salgo al mundo caducado de paz, oxidado en la divergencia de siempre, añejado en diplomacia... ¡la misma hipocresía!, y trato de digerir el plato fuerte de la astucia, el postre incalórico de la clase anoréxica... Pasos, pasos sobre el asfalto desgastado, sobre el aula de siempre... con la tormenta de ecos, crucificados, ofrendados en la entrada de Eustaquio... y sigo... pendiente, repetitivamente pendiente, enjaulada sin camisa de fuerza, fermentada sin beber de la copa... y muere el día, con el mismo síndrome... con la intriga epidémica de la monotonía. Y Y me miras... y tiembla la palabra que emerge de mi boca. Distantes, globos diáfanos, flechas lumínicas, lejanos. Y me miras... y se me dilata el mundo en aquel vestigio del minuto... Mar de gárgolas, pedazos míos, ni la burbuja eléctrica eclipsa tu mirada nívea... Y destilas un beso de plumas, desde el plumier que custodia al collar que inventa tu sonrisa. Y me besas... sin excitar los corpúsculos que me visten los labios... Y me besas... mariposa de fuego con espada de fresa... ni el escudo métrico me proscribe de tus besos. Y me miras... Y me besas... Distante de mi materia, siendo tifón irradiado. Ella Ella... la del único zarcillo hecho con lágrimas de nardos, que tanto desea Afrodita lucir en su oreja de mármol. Ella... panacea de mi péndola que arrullaba en su seno idílico y dormida paría verbos efímeros... Ella, mi amiga, no se lleva conmigo. Estoy... de sin te grán do me en sus brazos de cuna, y su atavío nostálgico, ahora, parece epígrafe importuna. Ya el desvelo es agonía... no te adorna la hemorragia en mi pórtico, ni mis besos que naufragan en el plumón... ¿no los ves que son niños de nieve, descalzos sin albergue donde jugar? Sálvame, que cuando ella me bebe la esperanza es brizna violácea. Nulo se hace el gemido... ella, pérfida viuda me viola el ritmo en los pasos, ¡Ella!, la que cogía mi mano y me enseñaba a ser verso...

Muñecas Cuando tenía las manos homólogas a una libélula, insignificantes búhos musitaban cien fábulas por cada vírgula que escondía mi palma... Luego corría —con mis pies breves— a despertar sin calma de sus tïbios catres a mis niñas sin alma con caritas de porcelana y esqueletos de harapos... Y me pasaba el día contándoles aquellas fábulas pintándoles de color hada las risas que les inventaba... Con el tiempo crecieron los pies tan breves las manitas estrechas; sus cíclopes me estrujaron los búhos parlanchines y vi la orbe, sus llagas... y ya no tejí trenzas en mis niñas sin alma, ya los cuentos quedaron en sus atavíos de tul, distantes, cual vestigios, como sus voces... mudas... Y hoy me pregunto: ¿Cuándo fue que exilié a mis muñecas de fe? ¿Albur? Mi poesía se esta llenando de arañazos en la cuartilla parece que mis pobres injertos creyeron ser plumillas de plata que iban a enjaezar las líneas de alguna estrofa de magia. Será porque el rayo ufano me ha dejado sin calma se ha ido de mi silencio y se ha mutado en batahola... ¿O será porque no eres cincel que talle mi albur caótico..? Entonces si no soy la huella que besa tu andar amotinado... ¿por qué cuando tu ventisca visita mi alma lastimera se queda en tus níveas manos (cual sabia y fuerte urdimbre) mi corazón y mi verso llano?

acerca del autor
Dina

Dina Bellrham, nació en Milagro (Guayas), Ecuador, en 1984. Sus estudios primarios los realizó en Naranjito, los secundarios en un colegio franciscano de Milagro, donde empezó a publicar poesías en revistas juveniles y en algunas editoriales. Actualmente cursa el tercer año de Medicina, en la Universidad Estatal de Guayaquil. Sus autores favoritos son: Bécquer, Benedetti, Neruda, Alfonsina Storni, Campoamor, Toledo, Medardo Ángel Silva, entre otros. Ha publicado en varios sitios Web.