Poesía
2 5 2006
Tres poemas inéditos sobre encuentros y presagios de Pablo Lavia
VANESSA: Reconstruyo tu mirada desde la mesa vecina, hoy vacía, como testigo de lo efímero, muriéndose una vez más en su funcionalidad de abismo constante… Tus palabras se mezclan con aquel tango añejo, aletargándolo todo… Cómo quisiera repentizar tu belleza, ver tu imagen fundirse con el reflejo que la mía destila desde esta mesa, para estrellarse luego, sin aviso, contra el corazón frío de la ventana… Que vinieras a resignificarlo todo… La puerta se abre y vanamente te busco, pero no te reconocen mis ojos en los ojos de los que entran. Las cosas se tornan ambiguas, las soledades se prolongan en contrasentidos.. Los presagios se anuncian en los rincones, como deidades de lo posible, con esa potencialidad de ser , que tiene lo abstracto… ¿Te convertirás también tú, Vanesa , en un presagio? PETIT COLÓN Sobre la cresta de las olas veo mi reflejo (hecho de la misma espuma) derretirse en la belleza verde, hundirse una y otra vez en la salobridad de las mareas. El cristal actúa de aislante, separando la superficie del fondo. La cuchara insiste sobre la taza vacía resistiéndose a las imposibilidades con la misma hidalguía de la rosa, frente a la adversidad de los días. Los suspiros se convierten en eternos ecos, imitando el sonido tenue de las soledades. La imagen sobreviene sin cesar y la espera se estira incansable en el interior espiral de las caracolas. Al descolgar el sobretodo del perchero la vida pareciera abandonar su descanso. Nos sumergimos nuevamente en la luminosidad de lo profundo. Se vislumbran tesoros y hundidos, se añora la superficie. El vidrio empañado sigue empañándose. El fondo nos engulle como a un transatlántico. (Extraido de “Nebulosa encinta”, libro inédito) TÓNICA (I) Tónica, punto de partida, comienzo de este ascenso hacia lo profundo. Estación pura, estado basal del alma. Punto de llegada inacabable, como el agua cristalina de las fuentes que sobreviven en los suburbios con su milagro a cuestas. Fuentes de aguas cristalinas, la vida ganándole a la piedra.. Tónica, justificación de mis pasos, estructura de mi sombra. Sombra devenida en profundidad, sombra como lo oculto, como lo no visible. Prueba irrefutable de la existencia del alma al alcance de los ojos. Tónica, luz inabarcable ilusoriamente contenida en mi cuerpo. Madre de los sentimientos. A veces te escapas por entre mis porosidades más vulnerables dando batalla a lo despreciable que hay en mí. Haciendo cotidiana esta guerra entre lo que siento y lo que me impongo. Tónica, regalo de luz, manojo de flores frescas. Perfume de azahares que inunda mis días como una promesa. (Extraido de “Escala”, poemario incluído en “Nebulosa encinta") galería
acerca del autor
Pablo Lavía, nació el 2 de diciembre de 1980 en José C. Paz, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Desde 1998 se desempeña como actor, cantante y dramaturgo. Como actor y cantante ha participado en numerosos ciclos, conciertos, obras de teatro y comedias musicales. Estudió canto y armonía con el maestro Gabriel Gestal y dramaturgia con Ricardo Halac. Actualmente, cursa estudios de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires.
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2 10 2020