VIAJERA DE LOS SUEÑOS
Este sol
este dolor
viajera azul,
de dorados pelos.
Aquí te espero
envuelto
con el frío
y el manto
suave y duro
de la lluvia.
El viento
la brisa
y la paloma,
te dirán
dónde estoy.
Aquí
junto a una roca
junto al árbol
que nos vio nacer.
Quedarán
pegados
nuestros nombres,
piel contra piel,
entrelazados,
tejidos en el polvo.
Nadie,
nada,
cortar podrá
nuestros sueños,
ni el olvido
ni la sed.
Crecerán las ramas,
florecerán las ramas,
yo te soñaré
tú me soñaras,
en una choza
dormiremos
bajo las estrellas
infinitas,
bajo el cielo
infinito.
No habrá noche
ni sombra ni memoria.
OJOS DE LA MUERTE
Violencia
grito indeseado
en tus ojos negros
La muerte
que se aferra
a mí,
a mi triste canto.
Viajas
incógnita
cual sombra
cual humo negro
en las manos
en los ojos
de aquellos
de extramares
y desiertos.
Violencia
terror inmaterial
en la carne
los huesos
y el alma
de inocentes
que mueren
bajo el olor
del odio
y la venganza.
No hay amor
en tu mirada
criminal
cuando aplastas
niños y hombres
por las calles
y terrazas
de cafés y monumentos.
gritos desgarrados
voces quebradas
música sorda
y llueven balas
a medio día
a media noche
y nada ni nadie
detiene el terror
que sembrando van
las manos blancas
de la muerte
que germinan
en casas y antros.
Más allá cementerio
ronda silenciosa
la muerte
con barbas
y largos atuendos.
Han nacido
para matar la vida,
han crecido
para matar los sueños
de la pobre gente
que camina.
Ni sueños
ni lamentos
conservan los infieles
que cortan la vida
del árbol
y del niño
que perdió sus padres
y quedó solo
llorando
en el centro oscuro
de la negra noche.
INOCENTE A LA MUERTE
Este mar
este río
este canto
y tus sueños
niño sin fronteras
naces y vuelves
a vivir naciendo
a morir viviendo
tras los cristales
oscuros
de la vida.
Sombras con letreros,
ventanas sin vidrios,
puertas cerradas
noches abiertas
por ahí
los infieles
entran sigilosos
a matar
tus nobles sueños.
Despiertas
cada noche,
presintiendo
el alba
el crepúsculo
del día
de la primavera
de la vida.
Te hablan
dulcemente
y te duermen
te duermes
y ya no despiertas.
Eres otro
otra sombra
sin cabeza
sin ojos
sin corazón
te consumieron
los infieles
palabra tras palabra
día tras día
y tú no sentiste
nada
ni el mar
ni la marea
que destruyó
tus pasos
tus sueños
y tus caminos.
Te hundieron
en el fango
negro
negro muy negro
y te sentiste
amada
amado
atrapada
por las manos
negras
llegadas
de infernales
y agrestes destinos.
Te acosaron
en los parques
calles y caminos,
por teléfonos
y tecnologías
y te fuiste
entregando
segundo a segundo
al río turbulento
de la muerte
que los infieles
programaron
para ti.
UN DIA DE LLUVIA EN PARIS
Esta lluvia
este barro
este dolor
me inundan estos días:
con la tarde
tan nublada
tan húmedo
el camino.
No me cobija
Nada Nadie
solo el abrazo
frío del silencio
lluvioso
me acompaña.
Nada soy
en este mar
de soledades abiertas,
de silencios
tan obtusos.
Llevo mis llagas
por caminos
y callejas
tan solo
tan viejo
tan olvido.
Las voces
se las come el viento,
mas me queda
tan solo
los crepúsculos
del día y la noche,
solo ellos
miran silenciosos
mis heridas
mis penas
y mis sueños.
Las voces
pasan
se alejan
se visten de ternura
se disfrazan de cariño
mas nada son
de lo que dicen ser.
La lluvia arrastra
la mugre que camina
por las calles y callejas
así, sin darse cuenta
viajan, se desplazan
esas voces
ya desnudas
ya despojadas
de sus falsos atuendos
y disfraces
que usan
para engañar
a mis tristes ojos
y distraer
mi insondable
alma que camina.
La lluvia
candorosa
me canta y me moja.
Yo avanzo por el charco,
por el centro de la calle,
silbando voy,
una canción
para el Divino Dios,
que me dio
el camino
el andar
y la lluvia.
LA SOMBRA QUE CAMINA
Esta sombra,
y sol,
que no se aleja.
Lejos las nubes,
lejos tu silencio,
apagado tu grito
y tu voz
en la frontera
en el umbral
de la vida
de los sueños
y no duermo
Nada.
Se abre la noche,
el ombligo
negro de la noche,
y nadie
me recuerda.
Solo el polvo
las hojas
que mueve el viento,
me dicen algo
del ayer
del río y los campos.
Soy esta sombra azul
que camina
entre las ramas.
Soy el que pregunta
con la mirada,
por ti,
por aquel día
que no existe
todavía.
Soy la sombra azul
que asombra los caminos,
y se aleja
por un sendero
de árboles
y cerros;
por un valle
cuyo destino
es el mar,
el mar abierto
el mar que mueve
arenas y arrecifes.
Tengo esta sombra
estas ramas
este aire
de atardecer
inolvidable,
sobre el césped
ansiando
la humana lluvia,
no el dolor
ni el olvido
ni la muerte,
solo el vivir.
Y vivir
para cantar,
para correr
sobre la hierba
entre árboles y flores.
Son mis sueños
los que viajan
los que se alejan
y se acercan
a tus ojos
a tu piel
a tu destino.
Soy la sombra azul
de los caminos.
ORFANDAD
Arboles
flores del jardín
mis amigos;
trenes
que me alejan,
trenes
que me acercan.
Suerte,
destino negro;
emblema
de mis tristes días;
espada,
de mis terribles noches.
Viendo
lo que veo,
no quiero
ni edificios
ni puertas
ni rostros
que hurtan
sin cesar
mi suerte y mi destino.
Vivo
como viven
las alondras,
los cuervos
y la selva.
Vivo y muero
día a día
noche a noche
año tras año
y no me alejo
a ninguna parte.
Aquí te espero
Luz o viento
Voz o movimiento
te espero
en este sueño
tan mío tan ajeno.
Vendrá la lluvia
Las nubes volverán
el polvo y la ceniza
y cubrirán mi cuerpo
ocultarán mi nombre.
Huérfanos mis días
mis horas
y mi silencio hablado.
Nada dejaré
porque nada tengo
nada guardé
en la roca del destino.
Solo mis tristes ojos
mis tristes pasos
pasarán
por el tiempo y el camino.
Me alejarán los ríos
me alejarán los mares
y yo en la oscuridad
buscaré tu rostro
princesa de la noche
Ñusta de mi alma.
Te seguiré buscando
bello azul
de mis ojos
tú que me guardas
en tu corazón de oro
de tiempo y distancia.
Tú, que vivir
sin mis ojos,
vivir no puedes,
como yo,
con tu existencia
en este mar
en esta selva oscura,
muriendo,
vivo por ti.
Porfirio Mamani Macedo, Arequipa (Perú), 1963. Se ha graduado de abogado en la Universidad Católica de Santa María y ha hecho estudios de Literatura en la Universidad de San Agustín (Arequipa). Es doctor en Letras en la Universidad de la Sorbona. Ha enseñado en varias universidades francesas como en la Sorbonne Nouvelle-Paris III, y en la Universidad de Picadie Jules Verne. Ha publicado: “Les Vigies” (cuentos) Editions L’Harmattan, Paris, 1997. “Voz a orillas de un río/Voix sur les rives d'un fleuve” (poesía) Editiones Editinter, 2002. “Le jardin el l’oubli” (novela), L’Harmattan, 2002. “Más allá del día/Au-delà du jour” (poemas en prosa), Editinter, 2000. “Flora Tristan, La paria et la femme Etrangère dans son œuvre”, L’Harmattan, 2003. “Voix au-delà de frontière”, L’Harmattan, 2003. “Un été à voix haute”, Trident neuf, 2004. “Poème à une étrangère”, Editinter, 2005, “Avant de dormir”, L’Harmattan, 2006 y diversos poemarios hasta 2018. Ha escrito ensayos sobre José María Arguedas, Julio Ramón Ribeyro, Miguel Hernández, Rafael Alberti y Max Aub.