LA CIUDAD DESNUDA
En esta ciudad sólo habitan grietas.
Aquí sólo queda el esqueleto de una guerra,
la hora indecisa de la tierra temblorosa,
un lago crecido que apesta a heces,
troncos desnudos sin copa
y la taquicardia de adictos a las balas.
Sólo quedan unos pocos,
cada vez menos,
los que no se resignan al olvido,
los héroes de mármol con antorchas en sus camas.
Los edificios están vacíos.
Un niño apunta a transeúntes
dibujados en el pavimento
y grita con periódicos en el estómago:
¡La ciudad ha sido destruida!
(De “Ruinas del Árbol”, Editorial 400Elefantes. 2017)
DERRUMBE
Lo triste no es morir.
Es nuestra salvación,
la manera de conceder al destino el privilegio
de resolver lo que no hemos concluido.
Lo triste es quedarnos a punto,
con la miseria ensartada en las manos llenas de mierda,
con el ¡Dios mío! a medio grito,
con la herida de hambre medio abierta,
y la cabeza desnuda y sin techo,
fracturada por el último derrumbe.
Septiembre 2017
PROMESA EN EL ABISMO
Quizá mañana sí te ame.
No estoy seguro
pero hoy solo quiero prometerlo,
como me prometo todas las noches
despertar temprano
y no cumplirlo.
Junio 2017
DESLAVE
De todo lo circunscrito a la penumbra
del paisaje en la cima del colapso
solo quedan las quejas de ancianos
desesperados por respirar
que mucho se esfuerzan por remover las cadenas
de sus fauces llenas de lirios podridos.
Y ahí, abierta la sepultura de sus glorias,
en la esperanza del grito del juicio
nos traspasan la antorcha inútil de vida
prófuga de cantos de revoluciones inconclusas
en la mañana aterida.
Nací enfermo de incertidumbre.
Sigo desnudo
con barro vendando las fracturas de mis guerras.
No tengo madero al que abrazarme
frente al deslave que se avecina.
Agosto 2017
PALABRA ESCULPIDA EN CUERPO INHÓSPITO
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte…
Leopoldo M. Panero
Hay alguien durmiendo en mi cama
y no soy yo ni mi noche.
Alguien más respirando el destierro,
asido de esta cama bañada en sexo sin saberse legítimo o farsa.
Queda sólo la cerradura de estos ojos enrojecidos
en esta cueva de libertaria marihuana.
Huele a mar
a arena
a olvido.
La palabra gotea sobre la piedra
y cansada detona mi verdad suicida;
saberme el otro que está en mi cama.
(Ruinas del Árbol. Editorial 400 Elefantes. Nicaragua, 2017)
EL BESO DE LOS TRAIDORES
Esta noche huele a azufre, a conjuros, a traición.
Todos duermen mientras en unas mesas se fragua el engaño
y se entrega a la patria prostituta con un beso.
¿Dónde están las monedas de plata?
¿En qué caja sellada las metieron?
¿Bajo qué mesa las enterraron?
Y siempre volvemos al origen de los tiempos
que nos vomita en muerte
y nos reclama otra revolución pasajera.
¿Quién paga su muerte?
¡Que su sangre caiga sobre nosotros y nuestra descendencia!
Escríbanlo sobre boletas marcadas
con fotos de políticos fantasmas.
En el jolgorio de los justos y cobardes honorables
mancharán sus dedos cual señal de sangre
en las puertas de sus casas
para que la mortandad pase de lejos
cuando hiera la tierra.
Pero la noche cae con el dictador
y las hienas se hartarán sus carnes.
Ya no hay patria.
Desobedientes, ¡destrúyanla!
Managua, 5 de noviembre 2016
Jorge Campos, Managua (Nicaragua), 1987. Licenciado en Economía. Ganador del primer lugar en cuentos del V Encuentro Nacional de Jóvenes Creativos por el Arte (Managua, 2004). En 2010 sus poemas “En pena” y “Hoguera” quedan en la Lista de Ganadores del VII Concurso Anual de Cuento breve y Poesía de la Librería Mediática (Venezuela). Ha publicado en diversas revistas electrónicas latinoamericanas.