Viernes 13 | Diciembre de 2024
Director: Héctor Loaiza
8.285.758 Visitas
Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
resonancias.org logo
157
Literatura
1 3 2016
(Di)vagando sobre la poesía por Federico Rivero Scarani

Lo novedoso en la poesía tampoco está en el lenguaje, en imágenes que abordan los variados temas si no en el “nuevo ojo” que se sirve del lenguaje poético y de sus correspondientes imágenes para hacer de los temas y motivos exposiciones originales que se mantienen entre lo “clásico” y lo “contemporáneo. Con respecto a este último se puede apreciar los postulados del relativismo estético, (también denominado «estética historicista); este es una escuela de pensamiento en torno al arte, ligada al Postmodernismo y difundida especialmente en los países del tercer mundo. Esta escuela de pensamiento considera que la percepción y el juicio estético de un individuo frente a una obra de arte, son únicamente producto de la inmersión del mismo individuo en una cultura específica. En ciencias humanas el Relativismo estético es considerado, en ocasiones, con escepticismo y mirado con distancia. Es sujeto a críticas al poderse considerar no como un adelanto en la comprensión de la obra de arte, sino como un tipo de pensamiento cercano a una ideología (esta teoría sobre el arte y el gusto que produce en el individuo florece alrededor de las tesis marxistas).
La Ciencia, (“hecha de ideas y no de hechos”), (1) la Política, los Medios de Comunicación, la Religión, la vida cotidiana, y tantos otros acontecimientos humanos, influyen con sus discursos en el pensamiento poético y por ende en la poesía; se podría decir que los “indicios” de la Naturaleza también influyen en el pensamiento poético. Y cuando se habla de indicios hay que destacar que es una clase de signos que no tiene la intención de “comunicar”. Por ejemplo: /el suelo mojado/, /las hojas ocres/, /el viento/, etc.; en el primer caso le da la “idea” al Receptor (un Poeta) de que “ha llovido”, el segundo caso: “el comienzo del otoño”, el tercer caso: “las condiciones climatológicas producidas por el viento norte y sus consecuencias…”Esta clase de signo, el indicio, es clasificado de acuerdo al Semiótico norteamericano Charles Sanders Peirce (2). Ahora bien, es importante diferenciar el primer concepto del segundo. El pensamiento poético se produce por una intervención, por parte del poeta, en el “desarraigo de las palabras”: el poeta las recolecta de sus conexiones y hechos habituales: por lo que, aislados del mundo, los vocablos, las expresiones lingüísticas, se vuelven únicos, como si acabasen de nacer; es el regreso de la palabra: el poema se convierte en objeto de participación entre el poeta y el lector o el auditorio; también el poema se convierte en un “ideograma”, es decir, en un signo.
El lenguaje del poeta nace de su comunidad, de su pueblo o ciudad. El poema se alimenta de lenguaje vivo de dichos lugares, de sus mitos, sus sueños y sus pasiones, esto es, de sus tendencias más secretas: lo atávico, el ideal de un pueblo, sus símbolos, su Naturaleza, sus escritores, poetas y pensadores, del clima, de su historia, de sus triunfos y frustraciones, etc. “La esencia del lenguaje es simbólica porque consiste en representar un elemento de la realidad por otro, según ocurre con las metáforas. La Ciencia verifica una creencia común a todos los poetas de todos los tiempos: el lenguaje es poesía en estado natural” (3). El poema nos revela nuestra esencia humana y nos convida a ser eso que somos, sin falso orgullo o chauvinismo decadente.
En cuanto al poema, como se expuso más arriba, es un signo que posee una intención estética; también es un proceso mental y sensorial, una entelequia, que tiene dentro de sí un fin; el poema se constituye como un intento de discernimiento sobre el Hombre (Ontología) y el Universo, macro y microcosmos.
Pensar poéticamente implica “actuar”, “crear”, “configurar”: ARS puro en su concepto del latín, es decir, crear arte, ciencia, teoría , habilidad, costumbre, cualidad, manera de realizar algo… Estas actitudes, aptitudes y significados de un quehacer, generan en ocasiones, una intención estética, quizás consciente o no, sin embargo, el fin primordial de una obra de arte y en particular el poema tiende al placer de la contemplación de su significado en el entramado textual, (con este concepto se pretende unir en el mismo todos los procesos sensoriales), el disfrute de lo bello; no obstante, dentro del fenómeno estético que ha sido asociado con el Bien y lo bello, se puede decir que ese paradigma cambió por lo desagradable, lo espurio, por la satisfacción hacia el Mal, y lo decadente… Un claro ejemplo de esto, es el poema “Himno a la Belleza” de Charles Baudelaire, el cual es un manifiesto de su concepción estética o de su ideal de belleza que ha contrastado con el ideal de los burgueses, nobles venidos a menos y artistas y pensadores, contemporáneos a Baudelaire: “Vienes del hondo cielo o sales del abismo, / Belleza? Tu mirada, infernal y divina, / vierte confusamente beneficios y crímenes, / por lo que compararte se puede con el vino”.
Ya Roman Jakobson (4) había sostenido que la “función poética” del lenguaje era propia de los hablantes o usuarios de una lengua; hay que destacar que detrás de la “función poética” se puede inferir que hay una intención por parte del hablante. Espontáneamente las personas dicen expresiones recurrentes, originales, asombrosas, poéticas, y que se manifiestan en el habla coloquial y aun en diversos discursos. En cambio el poeta selecciona, reflexiona, recurre a los diversos niveles del lenguaje (5) como fuente de su decir. Por lo que el poeta adquiere un estilo.
El estilo se puede concebir como la configuración común de un grupo de artistas o de una época para elaborar una obra artística: el barroco, el clasicismo, el romanticismo, el surrealismo, etc. El estilo se constituye en intento creador, y por eso mismo todo artista pretende e intenta trascender ese estilo de su época o histórico. Cuando un poeta adquiere un estilo, una manera, deja de ser poeta y se convierte en constructor de artefactos. El poeta no tiene estilo, este se da en el tiempo en el que se crea la obra. Por lo que se produce una unión entre tiempo y estilo (6). Todo estilo es parte de la Historia y todas las cosas de una época,sus obras más desinteresadas están empapadas de historia, o sea, de estilo. Los estilos cumplen un ciclo se diría que vital: nacen, crecen y mueren.
En lo que respecta a la Realidad y a sus límites inaccesibles, las Ciencias Humanas o Naturales, y la Filosofía, a través de sus pensadores han construido arquitecturas teóricas y epistemológicas con el fin de aprehender los fenómenos de la misma. Leyes, tecnicismos, perspectivas teóricas (del griego: teoreo: mirar, observar) han sido construidos para interpretar y descubrir los hechos, el factum. Lo mismo ocurrió con ciertas poéticas, que ya de por sí son normativas; la poesía está influida por su estructura métrica y rítmica, por temas y asuntos, estética, lenguaje, estilo y el contexto histórico; y muy especialmente en la figura del poeta quien posee una “competencia cognitiva” o “textual”, que le permitirá crear su obra sin caer en lugares comunes.
Sin embargo, la aprehensión de la Realidad, del Universo, y de la aventura humana divulga tantos poemas como estructuras científicas. De esa manera “lo real” se diluye dejando rastros, signos, residuos como polvo de estrellas… La esencia infinita de la Realidad propenderá hacia sistemas inductivos-deductivos por parte del hombre con su propia metodología junto con poéticas que hayan de surgir como un llamado a la interpretación, y por medio de esa dinámica el fluir discursivo de estos campos de conocimiento irán dialogando, contrastando, ideas y leyes, principios y signos con el objetivo de aproximarse a ciertas verdades que, por evolución misma, tienden al cambio.

 

 


Notas
1. Bunge, Mario. “Intuición y ciencia”, EUDEBA, Buenos Aires, 1965.-
2. http://comunicacion.idoneos.com/335515/
http://www.unav.es/gep/AF/Fumagalli.html
3. Paz, Octavio, “El arco y la lira”, pág. 11, paz- octavio_-el-arco-y-la-lira.pdf
4. Jakobson, Roman, “Lingüística y poética”, 1960.-
5. Coseriu, Eugenio, “Lecciones de lingüística general”, Madrid, Gredos, 1981.-
6. Paz, Octavio, Op. Cit.

 

acerca del autor
Federico

Federico Rivero Scarani, Montevideo (Uruguay), 1969. Docente de Literatura egresado del Instituto de Profesores Artigas. Colaboró en diversos medios de Uruguay. Publicó un ensayo sobre el poeta uruguayo Julio Inverso (“El lado gótico de la poesía de Julio Inverso”) editado por los Anales de la Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense de Madrid. Colaborador de diversas revistas de Portugal, de la Argentina y de Norteamérica. Participó en antologías de poetas uruguayos y colombianos (“El amplio jardín”, 2011) y Poetas uruguayos y cubanos (“El manto de mi virtud”). Mención honorífica por el trabajo “Un estudio estilístico de Poeta en Nueva York de Federico García Lorca”, 2014, Organizado por el Instituto de Estudios Iberoamericano de Andalusíes y la Universidad de La Plata (Argentina). Fue docente de la cátedra de “Lenguaje y Comunicación”, en el Instituto de Profesores “Artigas”. Miembro de REMES (Red Mundial de Escritores/as en Español). Obras: “La Lira el Cobre y el Sur” (1993), “Ecos de la Estigia” (1998), “Atmósferas” (Mención Honorífica de la Intendencia Municipal de Montevideo, 1999), participó en el CD “Sala de experimentación y trabajos originales”, Maldonado 2002, “Synteresis perdida”(2005), “Cuentos Completos” 2007, “El agua de las estrellas” (2013), “Desde el Ocaso” (2014) puesto en línea en varias páginas digitales.