Viernes 13 | Diciembre de 2024
Director: Héctor Loaiza
8.285.797 Visitas
Desde 2001, difunde la literatura y el arte — ISSN 1961-974X
resonancias.org logo
157
Poesía
1 10 2015
David López: El verso que narra

ZURDO

Hace unos años me rompí la muñeca izquierda.
Soy zurdo.
Me dijeron que aprendiese a escribir con la derecha,
pero también soy cabezón.
Cogía el lápiz torpemente
con la izquierda,
como el que intenta cazar moscas
con palillos chinos
pero come siempre con tenedor.
Mi letra apenas se entendía
pero me sentía orgulloso
de lograr escribir
con la mano rota.

Años después,
ya más mayor,
me rompí(eron)
el corazón.
También a la izquierda.
Y en lugar de esperar a que sanara
o escribir con el corazón de la derecha,
empecé a escribir
con el corazón roto.
Mis palabras tenían mucho menos sentido
Pero mucha más verdad.

Mi muñeca jamás sanó del todo,
aún hoy, a veces,
noto molestias.
Mi corazón jamás sanó del todo
aún hoy, a veces,
escribo poesías.

 


CAMISETAS DE COLORES

Tengo que comprar camisetas de colores.
Necesito comprar camisetas de colores.
Ayer abrí mi armario
Y parecía una película de Georges Méliès
(que nacimos el mismo día):
En blanco y negro
Y mudo
(y con toques de ciencia ficción).

A mí siempre me ha gustado vestir
Con colores vivos
Me hacen sentir vivo.
Sin embargo, estos últimos años
He ido eliminando los colores de mi armario,
Inconscientemente.
Quizá,
Inconscientemente,
Me he ido sintiendo
Un poco menos vivo
Con cada camiseta negra
Que añadía a la colección.

Pero mis camisetas negras me gustan,
Mucho.
A lo mejor ya no necesito los colores para sentirme vivo.
A lo mejor ya lo estoy,
O a lo mejor no.

Y el negro da mucho calor en verano
Pero si sudas no se ve.

Voy a comprar camisetas de colores.

 

DEL REVÉS

Quiero salir, pero no encuentro la puerta
Quiero saltar alto, muy alto, hasta que todo lo vea insignificante.
Quiero saltar.
Subiré a un avión y a mitad de vuelo saltaré, pero hacia arriba. No caer.

Quiero saltar.

Quiero saltar pero mis piernas no me dejan, me dicen que están hartas de amortiguar la caída.
Estoy atrapado en mi propio cuerpo. Quiero salir de él, ser incorpóreo, fundirme con el viento y llegar a sitios sin el lastre de mis huesos.
Quiero subir porque quiero escapar y a mi alrededor no veo ninguna salida.
Subir y subir, que todo desaparezca y llegar a un mundo nuevo donde nada importe.
Donde las lágrimas no mojen mejillas inocentes.
Donde los bebés nazcan riendo a carcajadas y se guarden el llanto para los momentos de extrema alegría
Donde lo real sea ficticio y lo ficticio sea real.
Quiero vivir del revés
Quiero dormir con la almohada en los pies para que discutan ellos hacia dónde seguir caminando y a mí me dejen dormir.

Quiero dormir.

Dormir, no soñar, porque cada vez que sueño mi cuerpo se agita y se cansa y suda y me despierto y no recuerdo por qué ni a qué, pero tengo miedo.
Y el sudor está frío, o quizá yo muy caliente, y las sábanas se pegan, me molestan y las aparto pero no puedo dormir destapado así que me vuelvo a tapar para no-dormir y devuelvo la almohada a su lugar bajo mi cabeza para que me cuente qué ha discutido con mis pies pero no me dice nada. Y así sigo  cada día caminando sin saber hacia dónde me llevan.

Quiero vivir del revés.

Dar una vuelta, darme una vuelta, darme la vuelta a mí mismo. Quitarme la piel y liberar mis nervios, mis músculos, mis venas. No esconder nada.
Quiero que nadie me mire pero que todos me vean.
Quiero que me conozcan sin reconocerme.
Quiero escribir mis recuerdos en lápices para que cuando escribas con ellos los liberes y  así ser libre de recuerdos y libre para recordar.
Quiero cantar canciones que ningún oído pueda escuchar.
Quiero que mis oídos escuchen lo que dicen tus ojos.
Quiero que mis ojos graben a las cámaras que nos vigilan. Y hacer una película sin actores, ni paisaje, ni cámaras.

Quiero vivir del revés.

Quiero despertarme cada noche y acostarme con el primer rayo de sol.
Quiero deshacer el amor con cada polvo y enamorarme con cada traición.
Quiero tocar con los ojos y mirar con las manos.
Quiero mojarme con la arena.
Que las dunas del desierto sean olas del mar disecadas.
Que las olas del mar sean lágrimas del desierto.
Quiero que nada tenga sentido, no quiero tener que sentir nada.
Quiero que la gravedad te impulse hacia arriba y tengas que esforzarte por mantener los pies en el suelo.
Quiero que la tierra sea plana para llegar al fin del mundo y sentarme con las piernas colgando en el abismo del universo.
Quiero alcanzar las estrellas de un salto, que estén hechas de algodón y acabar cada noche durmiendo en una diferente.

Quiero acabar

Quiero desordenar el caos, quiero poner en orden la desobediencia.
Quiero escribir del revés. Quiero, por una puta vez, saber cómo voy a acabar lo que empiezo.
No quiero saber cómo empiezo lo que no acabo.

 

ESPEJO

Me gustaría ser un espejo.
Que me mirases a mí
para saber si estás guapa.
Poder verte cuando nadie te ve.
Reflejar tu mejor sonrisa.
Ser testigo de tus lágrimas.
Empañarme con tu aliento
y verte escribir con un dedo sobre el vaho
tus mayores secretos.

Pero sería un mal espejo.

Porque si te mirases en mí, no te reconocerías.
Si te mirases en mí, te verías tan grande como el sol.
Te cegaría con tanta luz.
Prometo que reflejaría también los defectos.
Pero que fueras capaz de verlos,
al lado de tanta hermosura,
eso no te lo puedo asegurar.
Si te mirases en mí cada mañana al despertar,
no verías nada más bonito el resto del día.
Y si te mirases a los ojos en mí,
sabrías lo que es perderse sin moverse del sitio.
Pero lo malo es que, si te mirases a los ojos en mí,
estallaría en mil pedazos.

Y qué bonito sería,
poder reflejarte mil veces.

 

MI CIELO

Mi cielo es una nube rellena de cielo
Con su sol y sus propias nubes
Con sus pájaros y sus cantares
Con su luna y sus estrellas.

En el cielo de mi nube que es mi cielo siempre sopla una brisa suave
No hay tormentas, rayos ni truenos que asusten el cantar de los pájaros.
Hay nubes, pero sólo porque el sol tamién merece descansar de vez en cuando
Y se van a dormir cada noche
Dejando a las estrellas recrearse en su brillante espectáculo
Como si quisieran cortejar a la luna
Como si la luna pudiese ser cortejada.

En la noche del cielo de mi nube que es mi cielo
La aurora boreal hace su aparición cada madrugada
Y lo envuelve todo con colores nunca vistos en formas delicadas
Como si fuese a regalárselo al amor de su vida
Como si el amor de su vida fuese a saber desenvolverlo.

El cielo de mi nube que es mi cielo guarda todo lo bueno
Todo lo hermoso que me queda por ver
Todo.
Sé que está ahí porque yo lo construí
Pero jamás lo he visto
Porque está dentro de una nube

Y no sé si el día que salga el sol
Mi nube se irá
Se irá mi cielo
Ni si me gustará el cantar de esos pájaros.

No sé si las nubes respetaran al sol
Si las estrellas brillarán con la misma fuerza
Ni si la luna se dejará cortejar.

 

ROTOS

Ella estaba rota
a él nunca se le dio bien arreglar cosas.
Su propio corazón aún latía
a base de remiendos precarios.
No sabía qué hacer para arreglarla,
así que se rompió con ella.

Reunieron todos los trozos y,
entre los dos,
se reconstruyeron
intercambiándose algunas piezas.

Ella se guardó un trocito de su sonrisa en el corazón,
porque nada le alegraba más que verle sonreír.

Él se guardó sus lágrimas en lo más profundo de su ser,
porque no soportaba verla llorar.

Lo que él no sabía,
es que ella fuese capaz de llegarle tan al fondo
como para encontrarlas.

Pero ese día, sus lágrimas fueron
las más bonitas y alegres que vio jamás.

 

NO VUELVAS

No quiero que vuelvas.
Si vuelves, significará que te has ido.
Si te vas, significa que ya no estás.
Y ya hace tiempo que no estás.
Pero conseguí atrapar un pedacito de ti y me lo guardé dentro.
Y a base de pensarte, ese recuerdo ha ido creciendo.
Se ha hecho mayor.
Porque en estos años que no has estado, nunca te has ido.
Pero sé que algún día, ese recuerdo se irá.
Y cuando lo haga, cerraré con llave.
Porque me ha costado mucho hacer crecer ese recuerdo.
Me ha costado mucho hacerle entender que ya no puede seguir viviendo aquí.
Por eso, el día que te vayas, no quiero que vuelvas.
Si lo haces, encontrarás mi corazón cerrado, inexpugnable.
Y sé que intentarás entrar por mis oídos, disfrazada de canción.
Probarás de engañar a mis ojos, escondida en alguna foto.
Y hasta intentarás entrar por mi nariz, dejando arrastrar tu perfume por la brisa.
Pero te he pensado tanto, te he recordado tanto, que conozco de memoria todas tus formas y olores.
El día que marchaste, supe que no los olvidaría hasta el día de mi muerte.
Supongo que ahora entiendes mejor por qué no quiero que vuelvas.
Porque si vuelves, significará que te has ido.
Y si te has ido, significará que estoy muerto.

 

PEDAZOS

Calma mis ganas de ir y jugármelo todo a un beso.
Tranquiliza mi angustia por no ser capaz de hacerlo.
Despierta mis sueños donde lo intento cada noche.
Termina esta película que se repite en bucle
Con distintos guiones y varias tretas,
Pero siempre, siempre, siempre la misma meta.

Y tú la misma protagonista.
Y yo un actor secundario
Atrapado en el derroche de un amor jamás gastado.
Y te imagino tanto que es imposible echarte de menos
Quizá estés aquí de verdad y yo me empeño en que es un sueño.
O quizá te fuiste hace tiempo y no he querido asimilarlo
La esperanza lleva años manipulando mi diario.

Y a veces en mis sueños recito poemas que no logro recordar
Luego despierto y escribo estos textos que nunca se llegan a asemejar
A la belleza de unas palabras unidas en la libertad
De un mundo sin normas, sin leyes, sin formas, sin señas de identidad
Palabras que danzan siguiendo melodías desconocidas
Conjugan verbos que no existen, descubren frases escondidas.

Pero aunque no lleguen al nivel, trato de sacarlos al papel
Buscando un pedacito de ti en cada palabra, en cada letra, en cada poro de mi piel

Escribo, escribo, escribo, escribo,

Viendo cómo mi memoria se seca
Difuminando los recuerdos
Y  pasando otra noche en vela.

Escribo, escribo, escribo, escribo,

Es que soy un cabezota.
Alimentando irrealidades
Idealizando las derrotas

Pero puede que algún día te quedes enganchada en una frase
Muerdas el cebo de mi lápiz y saltes de mis sueños
Y, por fin, tenerte delante y poder recitarte estos versos
Y que ordenes estas palabras que sin ti no tienen ningún sentido
Que te quiero devolver cada trozo de ti que me llevo cuando escribo.

acerca del autor
David

David López, nació en Barcelona en 1986 y escribe poesía desde los 16 años. Cursó estudios relacionados con la electrónica y las energías renovables. Trabaja en logística tratando que su vida laboral no invada su vida privada y así tener tiempo para escribir y viajar.