Decía el poeta Aldo Pellegrini que “la poesía aparece como expresión de ese impulso hacia el cumplimiento de un destino vital, y la fatalidad de ese destino se revela en la poesía como un hecho indiscutible. La poesía no es, por consiguiente, un lujo o un divertimento, sino una necesidad, del mismo modo que lo es el amor”. Necesidad como la que nos plantea en estos versos Boris Rozas: “En tu mano mis ojos, verdes, definitivos, mis palabras…” Un paisaje insaciable, devorado en el universo humando del “decir” y del “hablar”. Y dejarlo escrito… “los hombres que se levantan”, “lo andando”. Sumando el futuro, lo por-venir, encontramos la posibilidad de continuar, y ver un poco de luz; en el océano de Boris Rozas…”y saben ver el oro de los días y de las noches”. Mónica López Bordón