A mis 38 años sé a qué saben los besos que no he dado, la resaca, el humo del tabaco, la traición, el olvido, la memoria, la pasión y el deseo, el éxito y el fracaso. A mis 38 años toco el corazón de la gente con versos, versos convertidos en sueños que nunca se hacen realidad pero que ilusionan. A mis 38 años pienso en endecasílabos y la soledad tiene nombre de mujer. A mis 38 años el Amor sigue siendo el primero, el de aquella niña de cabellos rubios a la que empezaban a salirle las tetas y que suspiraba de Amor por un chico que no era yo [...] Son esos los momentos en los que desearía ser Garcilaso de la Vega, Quevedo, Espronceda, Alfonsina Storni, Pablo Neruda, para poder explicar el mundo, para saber explicar que el mundo, a mis 38 años, me ha dejado solo. Y es esa Soledad que me empapa y que me mata lentamente la que mueve al mundo. Y el mundo sigue girando, que es lo suyo. Aunque a mis 38 años me llena de orgullo saber que mi poesía es ya mucho más del mundo que mía.
Disfrutadla. Amado Storni

• Once de marzo de 2004 y otros poemas de Amado Storni