Un relato movilizador, un relato que nos planta frente al mundo que habitamos en estos tiempos complejos, y allí surgen las promesas de los falsos gobernantes que llevan al pueblo a actuar como masa dejándose arrastrar en manada ante las utopías.
Y con un toque de clara visión realista, el autor elige otorgarle vida a ese plato vacío, mientras interpela a su dueño y a todos los que teorizan desde su lugar de conocimiento sin solucionar el hambre, la educación, la pobreza…
Gac-Artigas con habilidad sintetiza todo en la expresión punzante: “La necesidad de abrir las puertas de la vida a la muerte”, palabras de un discurso populista y oportunista, pero a la vez condenatorio, pronunciado por un gobernante mediocre que olvida que el hambre es vergüenza. Comer es humano pero pedir comida es menos humano, es una mortificación. La lectura nos invita a la reflexión y con mucha humildad a mirar a nuestro alrededor. Susana Merke.
Gustavo Gac-Artigas: escritor, dramaturgo, actor y director de teatro chileno. Tras el golpe de Estado de 1973, vivió como refugiado político en Francia (1973-1985) donde recreó su grupo, Théâtre de la Résistance-Chili con el cual participó en festivales internacionales de teatro, entre ellos los de Aviñón y Nancy (Francia). En 1986, luego de un intento fallido de regreso a su país, obtuvo asilo en Holanda. Desde 1991 reside en EE. UU. Es miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE). Como novelista ha publicado: “Y todos éramos actores, un siglo de luz y sombra” (2016), finalista del premio ILBA 2018 de mejor libro de ficción traducido del español al inglés, “Tiempo de soñar” (1992, 2016), “¡E il orbo era rondo!” (1993, 2016) y “El solar de Ado” (2003, 2016. Su poesía fue publicada en diversas revistas literarias académicas de EE. UU y España. Escribe regularmente artículos de opinión para la agencia Efe y Le Monde Diplomatique, edición chilena y otras publicaciones.