Fue una gran sorpresa recibir el poemario de Rocío Valdeavellano, a quien conocimos en las aulas de la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos de Lima. Escribimos sorpresa porque no sabíamos que a lo largo de varias décadas ella cultivara la poesía para expresar sus dudas existenciales, sus instantes dichosos y plasmara en las hojas blancas su testimonio de la lucha cotidiana por mejorar la vida de los pobladores de las barriadas del contorno de Lima. Se trata de un diario poético y a través de su lectura vemos la evolución de la autora. De la joven estudiante que conocimos en los años sesenta, hemos leído con interés su toma de conciencia de su condición de mujer y su afirmación de libertad. Las páginas del poemario están impregnadas por su amor universal a los seres humanos. Su identificación con quienes sufren la injusticia y la desigualdad social la condujeron a la militancia por la unidad de la izquierda. Y por último, su lucidez sobre el cambio climático le obliga ahora a defender el medio ambiente, la Madre Tierra, la Pachamama.
Rocío Valdeavellano es peruana. Psicóloga con estudios de maestría en sociología, es consultora social de diversas instituciones y docente de la Escuela de Líderes Sociales del Instituto “Bartolomé de las Casas”. Ha trabajado muchos años en iniciativas de educación, alfabetización y promoción organizacional con barrios populares de Lima y otras ciudades del Perú. Confundadora y ex Directora del Instituto de Desarrollo Urbano CENCA. Ex Coordinadora Nacional de la Red Jubileo Perú e integrante de los movimientos contra la opresión de la deuda externa en América Latina. Impulsora del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC), del que ha sido Coordinadora Nacional y de cuya Asociación Civil es actualmente Presidenta. Autora y Coautora de libros sobre temas educativos, sociales y ambientales (Vivienda Social, Deuda externa, Buen Vivir etc..), ha colaborado y colabora como articulista en diarios y revistas de ámbito nacional e internacional. Sus escritos expresan diferentes momentos de su vida y la de su país. Ella afirma lo poético como una dimensión humana y repite, con Gabriel Celaya, que “la poesía es un arma cargada de futuro” .