Para la última exposición de Olga Luna, Antonio Tabucchi ha escrito el texto que publicamos a continuación. Citamos también a Robert Bonaccorsi para que el lector comprenda la búsqueda estética de la artista peruana: “El rostro humano tiene seguramente un mensaje como todo el resto, pero este mensaje fraguándose para siempre se mantiene incandescente, más que cualquier otro fuera de nuestro alcance” (André Breton). El muro de rostros de barro de Olga Luna esculpe y teje en carne viva esa angustia y esa búsqueda interminable de verdad. Aquí la medida no es el rasero de la desesperanza, se descubre en el lazo de la pasión y del ensueño…”
(Traducido del italiano al español por Luka Melara Soto).
Olga Luna (Lima, 1947) reside en París desde 1972. Realizó sus estudios en la Escuela Normal Superior de Bellas Artes de Lima (1962-1968) y después residió en Madrid (España), donde llevó a cabo investigaciones en el Museo del Prado (1969). Prosiguió sus estudios en varios países europeos y de Asia, antes de instalarse en París en 1973. Después de haber explorado diferentes tipos de figuración, Olga Luna incorporó en sus obras elementos geométricos abstractos y, desde de 1985 utiliza regularmente arcilla en sus composiciones. A partir de 2001, su trabajo sobre los materiales, las formas y la luz la condujo a realizar una serie de obras en torno a la temática del Arlequín.