El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) reúne gran parte de la obra gráfica del artista cordobés, que le donó ciento veintidós grabados. Aquí explica por qué no piensa volver de París, donde vive. El no viajó a Buenos Aires pero sus obras sí. Son ciento veintidós grabados que el gran artista argentino Antonio Seguí donó recientemente al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA). Y es allí donde se están exponiendo ahora, en el marco de la exhibición «Antonio Seguí, Grabados 1996-2001». (Publicado el 4/08/11 en el suplemento cultural Ñ del diario Clarín de Buenos Aires).
Antonio Seguí (Córdoba, Argentina, 1934) vive en París desde 1963 y es uno de los artistas plásticos más internacionales de su país. En 1958, viajó a México —donde conoció a David Alfaro Siqueiros—, en el intento de desentrañar la esencia de América Latina. Se desilusionó. Vio en los seguidores de los muralistas una imagen "remanida, académica y casi comercial". En 1963, expuso en la Bienal de Pintura Joven de París, y desde entonces se sucedieron premios y honores. Entre tantos, representó a la Argentina en la Bienal de Venecia; ganó el Primer Premio en el Museo de Lodz (1967), la Medalla de Honor en la VIII Bienal de Grabado de Cracovia (1986) y el Gran Premio Fondo Nacional de las Artes (Buenos Aires, 1990).