Crimen
a Moisés Palacios
Que tus labios no lo intenten pronunciar
calma mis miedos,
pero es tu mirada la que tajante
y con frenesí absoluto
descarga su filo criminal
en mi pecho.
Vendrás con alas desplumadas bajo un rebozo desteñido
En espera temblorosa vendrán tus besos fragantes
a flores rojas, helando el paso fatigado de la noche,
embalsamando horas en el peso de lo incierto, en las sombras
despavoridas de su pelo marchito
vendrás con alas desplumadas bajo un rebozo desteñido
a su lecho desnudo con boca de hoguera,
tapando su memoria descocida
a cerrar sus ojos secos, sus oídos anegados
a sellar el hueco doliente de la existencia
vendrás a esculpir la piedra primigenia en páramos
donde el viento inmutable espera tu beso complaciente,
allá en un lecho frío donde esa mujer levanta su frente ajada
y su sombra se abraza a la muerte.
Inmolación con cigarros a medio fumar
Seven devils in my house
see they were there when I woke up this morning
I'll be dead before the day is done
Florence Welch
Bifurcando mi cuerpo desde la pelvis
hasta el pecho
salieron espinas como misiles
envenenados de salitre, abriendo fuego
de esperma errante en versos halógenos, izando la soga
de intestinos, esa que ciñe afablemente
memorias y mi voz marchita en el altar
de piedra afilada
asalta la noche entumida
noche
noche
noche
quema cerebro con cigarros a medio fumar
dormido
noche
noche
sobre témpanos resplandecientes.
Ceremonia del Cenzontle
Cada nota
hiere el cierre
de estos ojos
perseguidos
sana
en parpadeos jadeantes
sana
en vuelo libre,
al pico negro
abierto
dirigido
al sol
Latae Sententiae
¡Qué herejía querer acompañar a zanates
en su vuelo iridiscente
al charco sucio que limpia
cabezas de ángeles esclavistas!
¡Qué pecado seguir buscando
entre espesa neblina sombras
esquivas donde la tierra humedece,
seguir cavando tierra infértil
para sembrar la muerte que cierra
de golpe la puerta blanca!
Sólo se escuchan afuera los pasos de un loco
errante de cantos absurdos
gritando: "¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!"
Aquelarre en los escombros de una jaula
Me despiertan esos demonios
en profunda noche parlera
que gime adolorida en mis llagas
sudantes
me arrastran a ese aquelarre
que abraza mi cuerpo
donde la soledad arde mustia
donde las plumas ensangrentadas de pájaros
asilados en mis manos
escriben las palabras que han muerto
Hoguera
Mis ojos
se queman
en la zarza ardiente
Sí, se queman
Y yo
sigo
tratando
de ver
Reminiscencia secular
De una herida abierta
profana e indolente
brota el esperma
progenitor de ángeles
blancos
negros
en la extracción fugaz
de una herida que se seca
al sol implacable de los ecos
mis alas se vuelven de piedra.