No casualmente Resonancias llegó a 2011, cuando tantos otros medios colegas han desaparecido desde la fecha de su fundación, en 2001. La conocí en 2004, por recomendación de colegas argentinos impactados por su calidad, como lo estuve yo al comenzar a leerla.
Convencida la dirección y su equipo de colaboradores de la necesidad de difundir la cultura latinoamericana, lo ha hecho con una combinación de capacidad creativa y organizativa; no muy a menudo ambas cualidades van juntas en un medio, y agrego que esta rareza me parece el secreto de su éxito y perdurabilidad.
El buen nivel de los materiales literarios y artísticos seleccionados para cada edición también es la base sobre la que se construyó esta trayectoria; no cabe duda de que podemos ser optimistas sobre la década siguiente: un firme puente se ha establecido entre nuestro continente y el mundo.