Narra la vida cotidiana de un joven en una sociedad dominada por las imágenes vomitadas por ese “rectángulo grasiento y lleno de polvo” que es la pantalla de tele. Vive en una precariedad material y moral, que le permite resistir a los incesantes llamados a través de los spots publicitarios: una línea ADSL para su bienestar, coches que no contaminan el ambiente, yogures para salvarle la vida, consolas de juego para olvidar el presente, celulares… Permanece sin reaccionar frente a todos esos objetos “diseñados expresamente para satisfacer todas sus necesidades vitales…” Describe a uno de los pilares de la sociedad del espectáculo, el fútbol: la explosión de júbilo indescriptible del público cuando uno de los jugadores marca un gol. Pero ese cúmulo de sensaciones no le afecta en absoluto. Al final, el protagonista se mete en la cama y allí encontrará el placer renovado cada noche que le justifica de cierto modo estar vivo.

• El Rectángulo Luminoso por David Garrido