El cuento está escrito por un narrador omnisciente que describe las acciones y sentimientos del personaje principal. Por momentos, aparecen incrustaciones de estilo directo que se atribuyen al protagonista, pero que en verdad se nota que provienen del narrador. Como lector desatento, ni siquiera posee un nombre, dando la idea de que lo que le sucede puede ocurrirle a cualquiera. Con una narración vertiginosa da cuenta de las torpezas y distracciones que se cometen por no estar concentrado en el texto y que muchas veces el error cometido puede ser determinante. Una frase final reveladora, que se anticipa en el título de manera capciosa, pero con una trama que no puede saltearse, puesto que está para ser comprendida por el lector.

• ¡Aprende a leer, no solo a observar…! por Jorge Sors