Una pareja sesentona se pasea por una callejuela del casco antiguo de una ciudad española. En su paseo, hacen comentarios contra los habitantes, jóvenes que “lo único que saben hacer, beber y fumar porros”. Recorren calles llenas de bares donde “sólo trabajan ‘sudacas’ (los latinoamericanos)” y “donde se han refugiado moros, negros y rumanos”. Apuran el paso para salir cuanto antes del casco antiguo que se ha convertido —según ellos— en una cloaca. Pero sucede lo imprevisible: él se siente súbitamente fatigado y se apoya contra la pared. Una “joven de raza negra” se le acerca para ayudarle, él piensa que viene a robarle su cartera antes de perder el sentido. En su cuento, David Garrido ha tomado una instantánea precisa —como con una cámara digital— de España en tiempos de crisis.