En el momento de la erupción del volcán chileno Hudson en 1991, Silvia Italiano se encontraba en Nueva York. El estallido que sacudió la Patagonia llamó su atención. Desde entonces comenzó a buscar, recortar y acumular cuanto artículo leía sobre ese fenómeno telúrico. Aquel paisaje cubierto de cenizas se convertiría en el escenario de su primera novela, Un aire de familia. La ira del Hudson es el detonante de la historia de Cecilia, la protagonista, una profesora de Historia del Arte, que cambia la Patagonia argentina por Nueva York. Esta urbe alucinante provoca en ella una mutación. La fragilidad de la identidad personal, la gravitación ineludible del pasado y sus fantasmas, el terror y la soledad son algunos de los temas que la novela desarrolla.