Con el pretexto de narrar un recuerdo de su infancia, el autor se refiere al laberinto, uno de los símbolos más comentados de la tradición universal. En la mitología griega, es el palacio de Minos en Creta donde estaba encerrado el Minotauro y del que Teseo sólo pudo salir con la ayuda del hilo de Ariana. El laberinto se relaciona con la iniciación, ya que quien logra salir de ese entreveramiento de senderos llegará hasta la puerta de otra vida. De este modo, Jorge Castellón reconstruye con nostalgia el laberinto de su pasado, constatando el paso del tiempo inexorable, relacionándolo con la evolución de su propia existencia. Del laberinto intacto y verdoso, lo verá más tarde deteriorado, cortadas las ramas y secas las raíces de sus paredes.
Jorge Castellón, El Salvador (1967), es graduado en psicología en la Universidad de El Salvador. Se desempeña como maestro de educación primaria y español en la ciudad de Houston, Texas, EE.UU., donde actualmente reside. Ha publicado artículos y ensayos sobre literatura e historia, en revistas electrónicas locales (El Faro, Contrapunto) y en el periódico Co-latino de El Salvador. También ha publicado poesía, narrativa, artículos y ensayos de crítica literaria en Revista Hontanar de Australia, Revista Cultural Artenet de La Florida, Estados Unidos; Letralia de Venezuela, Amsterdansur de Holanda, Ventana Abierta, de la Universidad de California en Santa Bárbara, EE.UU. Destiempos de México. Sus blog personal es: jorgeecastellon.blogspot.com.