No hay mejor homenaje al Maestro, Jorge Luis Borges, que el que ha hecho la escritora argentina. Relata su encuentro con un libro de la biblioteca prohibida, en el puro estilo borgesiano. El libro le quema las manos por haberlo leído. A partir de ese instante, “un conocimiento atroz atenaza [sus] días…” Es un libro de cuentos muy antiguos, allí estaban consignadas todas las historias. Los cuentos de Borges son vistos desde el ángulo femenino, desde la visión de la escritora. “Se dice que no somos nadie si nuestro reflejo no figura en un cuento” ha escrito Luisa Valenzuela. Ella ha visto el reflejo de ellas y su reverbero afiebra su mirada. Se plantea si Julián (su compañero) puede que no tolere su distanciamiento del dogma y también que comprenda y se involucre. Entonces ambos serán distintos, saldrán del encierro y reirán con ganas “como tantas veces —se dice— rió y ríe el maestro”.
Luisa Valenzuela nació en Buenos Aires. En 1959 se radicó en París donde escribió su primera novela “Hay que sonreír”. Trabajó como periodista en el diario La Nación y en la revista Crisis. Obtuvo en 1969 la Beca Fullbright. Desde 1972 hasta 1974 vivió en México, París y Barcelona, con una breve permanencia en Nueva York. En 1979 se trasladó a los Estados Unidos. Dictó durante diez años seminarios y talleres de escritura en las universidades de Nueva York y Columbia. Obtuvo la Beca Guggenheim en 1983. Su obra novelística comprende: “El gato eficaz”, “Como en la guerra”, “Cola de lagartija”, “Novela negra con argentinos”, “Realidad nacional desde la cama”, “La Travesía” (2001) y “Los deseos oscuros y los otros”. “Cuadernos de Nueva York (2002)”. Sus cuentos han sido recientemente reunidos en un solo libro. Su obra ha sido traducida al inglés. En parte también al alemán, francés, portugués, holandés, japonés y croata. Radica en Buenos Aires desde 1989.