En los años 1970 y 1980, fuimos testigos de la evolución de un país que algunos ensayistas la llamaron “Venezuela saudita”. Por esa época, gracias a los petrodólares acumulados de los booms petroleros sucesivos, los supermercados de Caracas estaban repletos de artículos de consumo provenientes del mundo entero: champán, vinos y quesos franceses o italianos. Tiendas de moda de las grandes marcas de lujo se instalaron en una ciudad entonces rica como Caracas. Era tal el vértigo de la entrada de divisas que el entonces presidente Carlos Andrés Pérez hizo pegar carteles publicitarios donde se decía que Venezuela ya no pertenecía al Tercer Mundo sino al Primer Mundo. El lector conoce el resto de la historia, el comandante Hugo Chávez con su política demagógica continuó hundiendo a Venezuela hasta llevarla a una bancarrota paradójica (ya que el país sigue exportando “oro negro”) y el heredero, parece que no está tan Maduro para sacar al país de la crisis. Daniely Figueroa nos cuenta en su relato lo que puede ser la vida cotidiana de una familia de clase media sumida en la precariedad y la frustración. Los personajes de su relato esperan un milagro para que un artículo de primera necesidad aparezca en los estantes de los supermercados y se pelean con los demás clientes para poder comprarlos.

• Venezolanismo artificial por Daniely Figueroa