La tristeza como un otro. Un ser corpóreo y sensual al que se debe castigar. Las almas llevan ese abatimiento y pueden jugarse a las cartas. Una partida de póker y un trato de manos firmes. La tristeza de una niña a cambio de la mía. Las almas que llevan esa tristeza como si fuese algo de por vida, imposible de quitar. Pueden permutarse indefinidamente, también están sujetas a hechizos. En ese estado, de algo ni completamente vivo o muerto, persisten en comportarse con la ruindad de los que habitan en la tierra. Cobradores de almas, putas y ciegos, todos pueblan en estos fragmentos que luchan, inequívocamente, intentado lo imposible; ser otros. Pero es como si el mundo los hubiese ubicado en un espacio estanco, sin salida. Solo para cargarla como Sísifos que en lugar de piedras, abarrotan los dolores de la vida en la joroba de sus espaldas. Marcos Rosenzvaig.
Gerardo Carrera Castaño, nacido en Madrid (España). Músico profesional de flauta travesera y estudiante en la Universidad Politécnica de Madrid. Escritor novel de cuentos, poesía y teatro, cuyas obras se mantienen inéditas. Pasión por la composición musical y la literatura.