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Literatura
3/05/2016
Leoncio Bueno: el poeta proletario por Jaime Cabrera Junco

El autor de 96 años recibirá el premio de la Casa de la Literatura Peruana 2016. Durante casi toda su vida, Leoncio Bueno fue un poeta olvidado. Recién ahora su obra comienza a ser valorada por la crítica.
Cosas del destino. Quiso ser cantautor como Atahualpa Yupanqui; sin embargo, la poesía lo sedujo más. ¿No es acaso el poeta un compositor y viceversa? Quién sabe si la música le hubiera dado fama, pues siendo unpatriarca de nuestras letras no aparece en la foto oficial. Quizá esa condición haya hecho de Leoncio Bueno Barrantes el escritor que es hoy: un joven poeta de 96 años que escribe de manera espontánea, sin afanesde figuración y solo para autopublicarse en ediciones artesanales. Por eso los reconocimientos los recibe como algo inesperado. (Continúa en la página interior).
(Publicado el 10/04/2016 en el Suplemento dominical del diario El Comercio de Lima).

Copyright: El dominical del diario El Comercio de Lima
acerca del autor
Leoncio

Leoncio Bueno nace en enero de 1920 en un paraje de la Hacienda La Constancia, cerca de Trujillo (Perú). Autodidacta desde niño, trabaja en los cañaverales de la Hacienda Facalá, anexo de Casa Grande, donde son sus maestros los activistas anarco-sindicalistas. A los 19 años arriba a Lima, haciéndose sucesivamente peón de construcción y obrero textil. En 1943 publica sus primeros poemas, entre ellos los que recoge la revista “Hora del hombre”, vinculada al Partido Comunista, al que había ingresado. En 1944, participa de la creación del Grupo Obrero Marxista, junto al dirigente obrero Félix Zevallos y los poetas Emilio Adolfo Westphalen y Rafael Méndez Dórich, el cuál devendrá en 1946 el Partido Obrero Revolucionario —sección peruana de la IV Internacional. Es cofundador del grupo de escritores Primero de Mayo, en 1956. Su primer poemario aparece diez años más tarde: “Al pie del yunque”; al que seguirán “Pastor de truenos” (1968), “Invasión poderosa” (1970), “Rebuzno propio” (1976) y “La guerra de los runas” (1980). Obtuvo menciones honoríficas en el Premio Nacional de Poesía (1973) y en el Premio Casa de las Américas (1975).