La banda de música de los hermanos Odenkirk se presenta en el bar Mala Muerte. Se han buscado un vocalista para sus fines ritualísticos, allende con la magia negra de una secta satánica. Este cuento de Jeisson Ospina, al que podríamos calificar de truculento, podría ser actual o profético. La mezcla del tánatos con el eros es dramática, es cruel la fusión de la música con la muerte. El simbolismo de la tragedia se expresa en unas nubes grises que se ciernen como aves agoreras sobre la ciudad y se precipitan como un aguacero. La destrucción del otro empata con la autodestrucción, simbolizada en un asistente al espectáculo que se corta la piel de los brazos y hace parte de una generación signada por la muerte. Todo ocurre en el bar Mala Muerte y entre sonidos estridentes es otra la voz. Esta banda de los hermanos Odenkirk no es solo una banda de música. Rubén López Rodrigué.
Jeisson G. Ospina (Ibagué, 1989) docente y escritor. Desde el 2011 ha sido publicado en revistas y suplementos literarios en español. En el 2012 fue finalista del concurso nacional El Brasil de los Sueños. Actualmente reside en Bogotá, desde donde prepara su primer libro de cuentos.