Este cuento me recuerda la historia del joven pájaro en Alas de libertad de Alan Parker. Aquí como en el filme la realidad es tan dolorosa, tan horrenda, tan insoportable, que un niño solo quiere escapar de la prisión de su cuerpo creyéndose un ave: «él sólo soñaba que tenía alas y podía volar». Pero la historia de la joven escritora Ana Berenice Montoya, al ser un cuento donde predomina el lenguaje de la fantasía, va más allá del hecho de volar pues el niño triste y solo, de mirada melancólica, que ha escapado de la jaula del orfelinato para dirigirse, hambriento, hacia el bosque donde podía volar libremente, después de un sueño de descanso obtiene el milagro en el que intervino un ave a la que había salvado de una trampa y en la que vio su espejo. No hay duda que este cuento, inscrito en el universo de la fantasía, con un final nada convencional, donde es palpable que no interesa el destino del protagonista sino las posibilidades de la propia fantasía, es una metáfora de la libertad. Rubén López Rodrigué
Ana Berenice Montoya, Ciudad de México, 1996. Desde muy niña despertó su interés y pasión por el mundo de la literatura. Actualmente se encuentra en el umbral de su trayectoria como escritora. Su pasión por las letras ha motivado su interés e inquietud de escribir y crear historias, atreviéndose a irrumpir en el maravilloso existir de la Literatura.