Potente descubrimiento el de la obra de este joven autor mexicano, signada por el uso extenso y afilado de la metáfora y la imagen, aunque siempre emplea estos recursos en función del eje de sus poemas y para mejor y más convincente expresión de los núcleos de sentido de éstos. Polina no busca una poesía fácil y agradable, si es que alguna vez la poesía tuvo lugar para tales condiciones. Polina nos muestra un mundo desgarrado hasta la ferocidad, pleno de aristas ásperas: la suya es una poesía que corta como el vidrio y quema como el ácido clorhídrico. Sin concesiones ni remilgos, nos introduce en un universo donde la corrupción, la destrucción y el horror están a la orden del día, mientras que el amor y el deseo se muestran con sus rostros más furibundos. Poesía de una gran potencia expresiva, dominada por la capacidad de su autor para trasmitir al lector la imagen tremenda de la sensibilidad fugitiva entre lo que pudo ser y lo que definitivamente es, ya que todo poema tiene su reverso; en este caso, el mundo del ideal, abandonado ante la realidad de lo contemporáneo, mostrada y demostrada desde su óptica más oscura. Luis Benítez.

• Alcohol de la noche y otros poemas de Mauricio Polina