Rompiendo la montaña. En realidad la montaña siempre estuvo rota... dijo un sabio antes de nuestro nacimiento porque el sexo y las relaciones entre parejas pueden llegar a tener una gran complejidad. En esa heterogeneidad entra lo inesperado. Y es que este relato supone un reto intelectual para un lector desprejuiciado. ¿Cuáles son ahora los roles masculinos? ¿Dónde entra el amor en esa nueva configuración? ¿La sexualidad ha dejado de ser natural para convertirse en un producto artificial? En todo caso este escritor porteño, que ha vivido en diferentes partes del mundo, es una persona honesta: lo único que pretende es entender la literatura como un vehículo de expresión. Para ese particular quisiera aportar algo a su discurso: en la época griega importaba muy poco ser homosexual, bisexual o heterosexual. La distinción estaba en ser activo o pasivo. Es decir, el amado era quien tenía el poder para elegir. Sin embargo el amante estaba en manos del amado y por consiguiente tenía menos valor. Este era, entonces, quien tenía la montaña rota. Antonio Guerrero.

• El agujero de Tom (fragmento) por Daniel Lange