Este cuento tiene como tema el filicidio que arroja un hálito de crueldad extraño. Un hombre se había llevado el bebé sin el consentimiento de su esposa, a la que consideraba una desgraciada. En esta pintura de Fernando Yacamán Neri viene al pincel la marcha de Otto al pueblo donde moraba su madre viuda, en la misma casa donde él vivió su infancia. «Vengo a darle santa sepultura a mi hijo Emilio», le dijo a su madre, que estaba atónita de verlo sin previo aviso. A la pregunta de ella, le dijo que su bebé murió de influenza. Cuando el hombre salió a comprar flores para la sepultura, la abuela levantó la sábana que cubría el rostro del bebé muerto y se percató de que no tenía labios. Cuando dos horas después el hombre regresó embriagado, su madre le preguntó que le pasó a su nieto y obtuvo una horrenda respuesta. Un cuento como este radiografía una sociedad como la mexicana, entretejido por un escritor que da muestras de saber que la violencia como hecho inmediato es una tontería, que sabe que no sirve de mucho aplicarle retórica a lo que dicen los noticieros. Rubén López Rodrigué.
Fernando Yacamán Neri (México, D.F., 1985). Licenciado en Letras Hispánicas. Estudió en la Escuela Dinámica de Escritores, dirigida por Mario Bellatin. Actualmente cursa el diplomado en creación literaria, impartido por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Su obra literaria se ha publicado en cuatro antologías por parte de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Ha colaborado también con obras de creación en diversas revistas, como Picnic, Crítica, Parteaguas, Gibralfaro y Punto de Partida, entre otras. Con el apoyo del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes 2010, ha terminado y publicado en una antología su novela corta “Los ángeles del último sueño”. Ha sido distinguido con el segundo lugar en la sección de ‘Narrativa’ del premio “Punto de Partida”, patrocinado por la UNAM 2009 y premio Elena Poniatowska de 2009, convocado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes.